La palabra "vocación" deriva de la palabra latín vocatio, que significa "una llamada". La Iglesia Católica anima a cada persona a discernir su vocación. Una persona discierne y elige la vida de soltero, el matrimonio, la vida religiosa o las órdenes sagradas. Aunque Dios llama a cada persona a diferentes vocaciones, Dios desea que cada persona responda a la llamada a la santidad.